Apostilla y legalización: sello de autenticidad de una traducción
Traducir un texto sencillo es una tarea fácil, pero en un documento jurídico entran muchos más aspectos en juego y se requiere un mayor dominio de la materia. Si una organización (extranjera) necesita poder confiar en un 100% en una traducción, puede requerir a nuestros clientes una apostilla. Para algunas traducciones, o mejor dicho, para algunos países, esto incluso es obligatorio.
Autenticidad
La apostilla es el sello de autenticidad de una traducción. Brasilva colabora con traductores que están inscritos en juzgados. Por eso podemos proporcionar en todos los casos una apostilla o legalización para las traducciones: el sello del juzgado del distrito en que está inscrito el traductor o la traductora. Gracias a este sello tiene usted la garantía de que la traducción de su documento está reconocida y por tanto es fiable.
Juzgado
Holanda y España firmaron el Tratado de la Apostilla con ciertos países. Los documentos procedientes de dichos países deben estar provistos de una apostilla. Para los demás países se proporciona una legalización, en caso de que el organismo o instancia así lo desee. La legalización se tramita a través del juzgado y seguidamente a través del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Autenticidad
Si nos encarga una traducción provista de apostilla o legalización, nos encargamos de los trámites. Traducimos el documento y conocemos el procedimiento a seguir en los organismos correspondientes. También sabemos qué requisitos establecen los ministerios de Justicia y de Asuntos Exteriores. Podemos ahorrarle mucho trabajo: podemos ocuparnos de todos los aspectos de su traducción de forma rápida y según los requisitos legales.
Por medio de una apostilla o legalización se confirma la autenticidad de la firma del traductor, en Holanda, en un documento.